El cáncer de ovario es el segundo cáncer ginecológico con mayor frecuencia en el mundo occidental, y la causa principal de muerte por malignidades ginecológicas.

La mayoría de estos casos afectan a mujeres mayores de 50 años, y los tumores epiteliales representan más del 90% de todos los cánceres de ovario.

El riesgo aumenta en mujeres que tienen un pariente (madre, hija o hermana) con cáncer del ovario. El riesgo es incluso mayor en mujeres con dos o más parientas de primer grado que padecen de cáncer de ovario. El cáncer de ovario hereditario representa aproximadamente 5 a 10% de todos los casos de este tipo de cáncer.

La tasa de mortalidad de cáncer de ovario ha cambiado ligeramente dentro de los últimos 50 años, y las tendencias a largo plazo en la mortalidad por cáncer revelan avances alentadores en la sobrevida general, posiblemente favorecidos por una mejora en la cirugía y el uso de nuevos principios activos.

El cáncer de ovario en estadio temprano puede no causar síntoma alguno. Cuando los síntomas aparecen, el cáncer a menudo se encuentra avanzado. Pueden ser los siguientes:

- Dolor o hinchazón de abdomen.

- Dolor en la pelvis.

- Problemas gastrointestinales tales como gases, flatulencia o estreñimiento.

Estos síntomas pueden obedecer a otras afecciones y no al cáncer de ovario. Si los síntomas empeoran o no desaparecen espontáneamente, se debe consultar con un médico de manera rápida ya que en estadios tempranos, el cáncer epitelial de ovarios se puede curar.

Un examen físico puede revelar un abdomen hinchado y líquido dentro de la cavidad abdominal (ascitis). El examen de la pelvis puede evidenciar una masa abdominal o en el ovario.

La determinación del CA 125 se ha de utilizar para el seguimiento, sin llegar a ser por si solo un factor determinante al momento de iniciar una terapia de segunda línea.

Otros exámenes que deben realizarse al momento de estadificar a las pacientes y realizar el seguimiento son:

- Tomografía computarizada o resonancia magnética de la pelvis o del abdomen.

- Ecografía de abdomen y pelvis.

- La ecografía transvaginal sigue siendo el método de elección para evaluar las masas anexiales.

El pilar fundamental en el tratamiento del cáncer de ovario es la cirugía. La cirugía puede ser curativa cuando la enfermedad todavía está limitada al ovario, y en estos casos, el porcentaje de sobrevida a 5 años excede el 90%.

La terapia estándar primaria para el cáncer de ovario avanzado implica una cirugía citorreductora máxima seguida por quimioterapia sistémica a base de sales de platino combinado con un taxano. Hasta el 80% de las mujeres con tumores etapa III/IV responden a la terapia, y el 50% logran una respuesta completa. A pesar de estos porcentajes de respuesta inicial altos, los resultados todavía están lejos de ser satisfactorios, ya que una gran proporción de pacientes respondedoras (50-75%) finalmente tienen recurrencia.

El hecho de que la mayoría de las mujeres con cáncer de ovario avanzado experimentarán una progresión posterior a la terapia de primera línea destaca la importancia de identificar agentes novedosos, efectivos, para quimioterapia de segunda línea.