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La mente también importa: Este investigador de Janssen tiene el claro objetivo de cambiar la forma en que se tratan las enfermedades mentales.

La mente también importa: Este investigador de Janssen tiene el claro objetivo de cambiar la forma en que se tratan las enfermedades mentales.

El Dr. Husseini Manji, de Janssen, trabaja en pos de un mundo en donde las enfermedades como la depresión y la esquizofrenia se diagnostiquen rápidamente y se controlen sin estigmatizar al paciente. Los descubrimientos de su equipo en el laboratorio podrían convertir este ideal en una realidad.

De todas las enfermedades actuales, ¿cuál piensa que es la causa principal de discapacidad en todo el mundo?

La respuesta podría sorprenderlo.

Se trata de la depresión, una enfermedad que, según la Organización Mundial de la Salud, afecta a más de 15 millones de adultos en Estados Unidos y amás de 300 millones de personas en todo el mundo.

Uno de los motivos por el que los trastornos del cerebro son especialmente devastadores es: El estigma asociado a las enfermedades mentales que hace que muchas víctimas sufran durante décadas antes de buscar ayuda.

Sin embargo, el Dr. Husseini Manji, líder mundial de la unidad terapéutica de neurociencia de Janssen se ha plateado la misión de revertir esa situación. Él imagina un mundo donde la sociedad piense las enfermedades complejas, como la esquizofrenia, no como “trastornos de la personalidad” sino como enfermedades, y en el que los médicos las traten como tales.

Aquí, el Dr. Manji analiza en detalle su trabajo para alcanzar esta meta y nos explica qué podemos esperar del innovador equipo de neurociencia que conformó en Janssen.

Cuando se trata de las enfermedades mentales y de cómo tratarlas de forma efectiva, aún hay mucho por aprender. ¿Por qué?

Parece justo decir que se debe a que el cerebro es el órgano más complejo del cuerpo. No es como otros órganos, como la piel, donde se puede tomar una muestra, realizar una biopsia y detectar el problema.

Dicho esto, esta es la era dorada de la neurociencia y gracias a la tecnología de toma de imágenes del cerebro estamos aprendiendo muchísimo sobre el funcionamiento normal del cerebro, así como qué sucede en algunas de estas enfermedades mentales.

Dr. Husseini Manji,
Líder mundial de la unidad terapéutica de neurociencia

En Janssen, nos centramos en las enfermedades para las cuales consideramos que no existe un tratamiento efectivo, como la esquizofrenia, la depresión y el Alzheimer, entre otras.

Funcionamos de una forma distinta al resto de las organizaciones de investigación en neurociencia, dado que contamos con una estructura completa y nos encargamos de los análisis básicos de laboratorio hasta la investigación clínica.

Como estos trastornos son complejos y desafiantes, sentimos que era importante unificar los diversos tipos de investigación de modo que los clínicos que trabajan con los pacientes puedan hablar con los científicos a cargo de la investigación y viceversa.

Su principal objetivo es identificar las enfermedades mentales tan pronto como sea posible. ¿Por qué esto es tan importante?

R: Los estudios por imágenes han revelado que cuanto más se tarda en identificar la depresión o la esquizofrenia, más daño se genera en el cerebro. En el caso de estas patologías, por ejemplo, podemos demostrar que algunas partes del cerebro se encogen a causa de episodios largos o repetidos.

En el caso de la enfermedad de Alzheimer, nuestro objetivo es registrar cambios sutiles en los ojos de las personas mucho antes de que presenten síntomas. Si podemos crear una prueba oftalmológica que identifique a los individuos en riesgo, posiblemente podamos eliminar la enfermedad antes de que cause un daño irreversible en el cerebro.

La detección temprana puede resultar útil también en el caso de la esquizofrenia, ya que la enfermedad, antes de desarrollarse por completo, suele atravesar un período denominado prodrómico en el que los individuos comienzan a experimentar síntomas leves, como la retracción social o anormalidades en la percepción.

En la actualidad, existen estudios que involucran a individuos con un alto riesgo genético de desarrollar esquizofrenia. El objetivo de dichos estudios es probar que la intervención en una etapa temprana puede llevar a obtener resultados mucho mejores y, posiblemente, a cambiar el rumbo de la enfermedad.

También ha desarrollado un nuevo curso de tratamiento para la esquizofrenia. ¿De qué se trata?

Así es, se ha comercializado en el mercado durante los últimos dos años aproximadamente. El factor predictivo más importante de brotes de esquizofrenia es el abandono de la medicación. No obstante, la toma sostenida de medicamentos presenta dificultades, ya que requiere de consultas clínicas, de la obtención de recetas médicas, de la obtención de medicamentos y del consumo de dichos medicamentos de acuerdo a lo indicado.

“Tengo la esperanza de que, algún día, las enfermedades mentales se vean con los mismo ojos que las demás enfermedades,
sin estigmas ni vergüenza, solo apoyo y empatía”.

Dr. Husseini Manji

Para ayudar con estas posibles dificultades, hemos desarrollado un medicamento inyectable que se le administra a los pacientes cuatro veces al año. Durante los últimos dos años, solo un nueve por ciento de la población que padece esta enfermedad ha sufrido recaídas. Nuestro objetivo es desarrollar un medicamento que se deba administrar solo dos veces al año, de modo que sea aún más fácil sostener el tratamiento.

¿Y qué sucede con los tratamientos para la depresión?

Todos los antidepresivos existentes parten de la misma premisa y aumentan los niveles de serotonina o noradrenalina del cerebro, que son neurotransmisores que actúan como moléculas mensajeras entre las células nerviosas del cerebro.

Sin embargo, solo la mitad de los pacientes presentan una respuesta adecuada a este tipo de tratamiento y, por lo general, demoran entre cuatro y ocho semanas en sentirse mejor. Esto es demasiado tiempo para alguien con tendencias suicidas.

Nosotros estamos estudiando un medicamento que funciona con mucha mayor velocidad: en algunos casos, tan solo horas. Este medicamento parece bloquear la actividad de los receptores en una molécula denominada glutamato, el neurotransmisor predominante en el cerebro. Además, puede administrarse en forma de aerosol nasal, lo que facilita su consumo.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) nos ha otorgado la autorización para este estudio en tiempo récord para su administración en pacientes con depresión resistentes al tratamiento y con tendencias suicidas. Esto significa que la FDA acelerará el desarrollo y análisis del medicamento.

Estamos muy entusiasmados al respecto ya que este estudio tiene el potencial de salvar vidas. Cada año, se producen al menos 41 000 suicidios en Estados Unidos, muchos de los cuales son producto de la depresión no tratada o de tratamientos poco efectivos. La depresión con tendencias suicidas concierne a la salud pública y es un problema en aumento: Tan solo dos tipos de cáncer presentan índices de mortalidad más altos.

Su equipo está investigando un segundo medicamento para tratar la depresión. ¿Cómo funciona?

Se trata de un medicamento que bloquea una proteína inflamatoria clave denominada interleukin 6 (IL-6).

Existen muchos estudios que respaldan la noción de que la depresión es un trastorno inflamatorio, por lo que administramos anticuerpos IL-6 a los pacientes con depresión: una mitad con síntomas de inflamación en la sangre y la otra sin estos síntomas. Deberíamos obtener los resultados de este estudio a fines de 2017.

¿Qué expectativas tiene para el futuro de la neurociencia?

La investigación en neurociencia ha disminuido considerablemente debido a que no ha habido grandes descubrimientos en el área. Lo mismo había ocurrido con el cáncer, hasta que se dieron uno o dos descubrimientos y, en la actualidad, todas las empresas farmacológicas tienen grupos de investigación oncológica. Nuestra esperanza es que suceda lo mismo con la neurociencia.

Incluso en la universidad, me fascinaban los mecanismos del cerebro. Ya en la facultad de medicina, descubrí estas enfermedades devastadoras y me resultó vergonzoso que las personas que las padecen hayan sido marginadas y excluidas debido al estigma que conllevan.

Mi madre padecía depresión y, si bien no estaba incapacitada, yo veía el sufrimiento que le ocasionaba. Nuestro trabajo para descubrir nuevos tratamientos fomentará que más personas busquen ayuda.

Además, creo que, al descubrir que la depresión puede tratarse, la postura respecto de las enfermedades mentales cambiará. “Tengo la esperanza de que, algún día, las enfermedades mentales se vean con los mismo ojos que las demás enfermedades, sin estigmas ni vergüenza, solo apoyo y empatía”.

Este artículo fue escrito por Ginny Graves y se publicó por primera vez en www.jnj.com.

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