Realizamos mejoras sustanciales en nuestras Soluciones químicas ecológicas
Nuestra múltiple serie de Química Ecológica continúa con una mirada a la manera en que los laboratorios belgas de Janssen se están volviendo "ecológicos" para beneficiar a las personas, al planeta y a la rentabilidad. Asegúrese de investigar el resto de nuestra serie química ecológica haciendo clic aquí para obtener una breve introducción al concepto, y aquí para conocer más sobre la manera en que Janssen está viviendo los principios de la química ecológica.
¿Es cierto que unos pocos centímetros pueden hacer una gran diferencia para colaborar con nuestro planeta?
Absolutamente. Solo debe preguntarle a la gente de los laboratorios Beerse y Geel de Janssen en Bélgica. Es aquí donde se han logrado reducciones significativas en el consumo de energía y en la seguridad de los empleados, simplemente mediante la aplicación de dispositivos de ventilación de campana con controles de volumen de aire variable (VAV), y el cierre de ventanas de medio metro de las unidades.
"El consumo de energía de estas unidades ha sido históricamente alto, ya que siempre se encendieron y se" abrieron" para utilizar el flujo total de aire", dice Mario Don Porto Carero, Ingeniero Senior Principal de Soluciones de la Plataforma de Ingeniería de Calefacción, Ventilación y Aire Acondicionado (HVAC) de Janssen. "En sólo un año, una unidad podría utilizar 12 millones de metros cúbicos de aire, y gasta más de $3400 en consumo de energía. Y contamos con más de 500 campanas de extracción en nuestras instalaciones Beerse y Geel".
Hace algunos años, Mario y su equipo comenzaron a aprovechar las nuevas tecnologías para reducir al mínimo el consumo de energía con gran éxito.
"Recuperamos energía, limitamos el caudal que requiere cada unidad, y usamos una nueva función controlada por un marco VAV, que solo permite utilizar el flujo de aire necesario para poder trabajar de forma segura, así que no hay residuos", dice Mario. "Cuando la campana está casi cerrada, el flujo se reduce en un 80 por ciento. Estamos observando una disminución del 70 por ciento en el consumo de energía y una reducción de 268 toneladas de emisiones de CO² al año".
De igual manera, la función VAV también disminuye el ruido y las corrientes de aire, y proporciona un aumento de la comodidad y seguridad para los investigadores de Janssen. Las ventanas cerradas también proporcionan una mejor protección contra las salpicaduras químicas, y mejora el rendimiento de las campanas. Según Mario, "este proyecto califica en los tres aspectos de la sostenibilidad: personas, planeta y beneficios".
Por supuesto, el éxito del proyecto depende de que alguien realmente cierre la ventana de la campana de ventilación. El equipo se ha comprometido con un programa de cuatro pasos para apoyar ese cambio en el comportamiento de los empleados, incluyendo la formalización y comunicación de nuevas pautas de seguridad, la promoción de los beneficios del ahorro de costos, controlar la energía y la seguridad de manera regular, e incorporar el cumplimiento de la campana de humo en las metas y los objetivos personales de cada colega. La apertura promedio se ha reducido a 16 centímetros, lo que representa una reducción del 70 por ciento.
Sin embargo, los equipos de Janssen en Bélgica no se quedan con el tema de las ventanas, sino que también están empujando la sostenibilidad a través de sus puertas, del reenvío de materiales de embalaje vacíos a los proveedores originales.
"Nuestros investigadores estaban preocupados por la cantidad de material embalado que se utiliza para los productos que han pedido, aunque el contenido de las cajas a veces fuera mínimo", dice Annemie Wouters, Ingeniera Senior. "A través de nuestro proyecto 'Cerrando el círculo', estamos devolviendo embalajes a nuestros proveedores para alentarlos a utilizar la menor cantidad de embalaje posible, y para que reutilicen el material. Buscamos la manera de solicitar siempre cajas llenas, y de combinar las órdenes de laboratorios de diferentes departamentos para aprovechar nuestra escala y reducir aún más los residuos de embalajes".
De acuerdo con Annemie, el equipo también continúa buscando generar cambios en lo que ordenan, como el cambio de vidrio a botellas de plástico, que ya está ahorrándole al campus casi una tonelada y media al año en incineración de residuos.
Aunque la tecnología es una ayuda fundamental, la química ecológica y la sostenibilidad son dos aspectos que realmente se relaciona con las personas. El equipo de Janssen en Bélgica sigue mostrando que está preparado para este desafío.