Nuestro Credo
En 1943, Robert Wood Johnson, CEO de Johnson & Johnson, redactó nuestro Credo, definiendo nuestras responsabilidades:
Creemos que nuestra primera responsabilidad es con los médicos,
enfermeras y pacientes, con las madres y padres y todos aquellos
que usan nuestros productos y servicios.
Para satisfacer sus necesidades, todo lo que hacemos debe ser de la más alta calidad.
Debemos luchar constantemente por reducir nuestros costos a fin de mantener precios razonables.
Los pedidos de nuestros clientes deben ser atendidos rápidamente y con precisión.
Nuestros proveedores y distribuidores deben tener la oportunidad de obtener una ganancia justa.
Somos responsables ante nuestros empleados, ante los hombres y mujeres que trabajan con nosotros en el mundo entero.
Cada uno de ellos debe ser considerado como una persona única.
Hemos de respetar su dignidad y reconocer sus méritos.
Deben sentirse seguros en sus empleos.
Los salarios deben ser justos y adecuados y las condiciones de trabajo limpias, ordenadas y seguras.
Debemos ser conscientes de brindar diversas formas de ayuda a nuestros empleados en el desempeño de sus responsabilidades familiares.
Los empleados deben sentirse libres para hacer sugerencias y presentar sus quejas.
Debe prevalecer la igualdad de oportunidades de empleo, desarrollo y progreso de los calificados.
Debemos proporcionar una gerencia competente, y sus acciones han de ser justas y éticas.
Somos responsables ante las comunidades en las que vivimos y trabajamos, así como ante la comunidad mundial.
Debemos ser buenos ciudadanos: apoyar iniciativas filantrópicas y caritativas y pagar nuestros impuestos.
Debemos fomentar las mejoras cívicas y una mejor sanidad y educación.
Debemos mantener en buen estado los bienes que tenemos el privilegio de usar, protegiendo el medio ambiente y los recursos naturales.
Nuestra responsabilidad final es con nuestros accionistas.
La empresa debe conseguir un beneficio justo.
Debemos experimentar con nuevas ideas.
La investigación debe continuar, debemos desarrollar programas innovadores y pagar por los errores.
Debemos adquirir nuevos equipos, proporcionar nuevas instalaciones y lanzar al mercado nuevos productos.
Han de crearse reservas para los tiempos adversos. Si obramos de acuerdo con estos principios, los accionistas recibirán un aporte justo a su inversión.