Mientras se abre la puerta del departamento de Cliff Enright en Manhattan, las pinturas de acuarela brillantes que cubren la pared de ladrillo visto explotan ante nosotros en apasionantes tonos de gemas. Los complejos blancos que salpican las pinturas parecen tanto meticulosamente deliberados como fastidiosamente caóticos. Y el uso indulgente de los colores claros y oscuros parecen salidos de nada menos que un manantial de felicidad pura, una sensación que permanece por mucho tiempo a partir de que vemos las obras. Es una sensación permanece también luego de conocer al artista.

Tan brillante y colorido como sus pinturas, el optimismo y encanto de Cliff se combinan solo con el amor que eél tiene por su arte. Un expresionista abstracto e instructor de arte desde los años 60, Cliff vino a Nueva York a perseguir su pasión. Aunque fue un extraño accidente en 2004 el que cambiaría radicalmente su vida y su obra, pero no su determinación.

“Ocurrió en Inglaterra, cuando visitaba amigos y salí a fumar un cigarrillo”, recuerda Cliff. “Lo solté. Cuando me agaché para recogerlo, me caí. Sentí cómo mi mentón golpeaba el suelo y mi cabeza se partía. Intenté levantarme pero no podía moverme”.

La lesión que sufrió Cliff en su médula espinal esa tarde, hace una década, lo dejó cuadripléjico. Él enfrentó un duro y largo camino desde entonces. Aunque con la ayuda de su compañera de años, Virginia, de numerosos profesionales de la salud y colaboradores, y de su arte, Cliff emprendió el desafío de la rehabilitación con la misma dedicación y tenacidad que siempre aplicó en su trabajo.

“Comencé de inmediato con terapia artística. Solo hacía garabatos, pero trabajé con el arte desde el comienzo”, recuerda. “Simplemente seguí pintando y mejorando, y pintando más gradualmente”.

Su obstinada terquedad, junto con un notable optimismo, han ayudado a Cliff a recuperar cierta movilidad y fuerza en sus manos y sus brazos. También lo ha ayudado mucho a atravesar otras pruebas físicas y emocionales en el camino.

“Como amigo personal de Cliff y como su vendedor, creo que no hay nada que pueda detenerlo”, dice Robin Glazer, fundador y director de El Centro Creativo en University Settlement. “Él ha tenido otras enfermedades además de la lesión a su médula espinal. Le han diagnosticado diabetes y cáncer de piel y ha atravesado pruebas de medicamentos y tratamientos y todo tipo de intervenciones y aún sigue trabajando”.

Cliff es uno de los artistas representados por El Centro Creativo en University Settlement, una organización sin fines de lucro dedicada a acercar las artes creativas a personas que padecen cáncer y otras enfermedades crónicas. Además de los talleres de arte gratuitos y los programas de arte en el hospital junto a la cama, El Centro Creativo exhibe y comercializa el trabajo de los artistas profesionales que padecen enfermedades crónicas.

Actualmente, con la ayuda de un asistente de arte, Cliff continúa siendo un artista prolífico y aclamado. Su obra se ha exhibido en los Estados Unidos y Canadá y es parte de colecciones corporativas y privadas en todo el mundo.

De su imperturbable uso del color, Cliff no esboza palabra alguna: “Pintaré de la forma en que me guste pintar. Y eso es con tantos colores hermosos y brillantes como pueda poner en la pintura. Si pudiera añadir más colores en una obra, ¡lo haría!”

Para ver la obra de Cliff, visite su sitio web.

Mire el video a continuación para conocer más sobre Cliff y su arte.